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viernes, 7 de marzo de 2014

La Súper Nena pecosa y la porra... Y con el sol de cara


Hoy he tenido que pasar por la comisaria. No, no me he metido en líos, lo que pasa es que después de mi "liturgia" en territorio yanqui tengo que volver a hacer todo el papeleo para ser legal en mi propio país.
Todo esto viene a que mi paso por esa zona llena de uniformes me ha recordado un encuentro policial que tuve en tierras de la Gran Manzana.

Había pasado poco tiempo desde que ocurrió lo de Aeryn, ya sabéis, aquella chica del billar por la que me quedé tan colgado y a la que no tuve valor de seguir. Mi manera de recuperar la compostura emocional no fue otra que seguir fornicando como una bestia.
Mucha gente puede pensar que una persona que está enamorada de otra no debería acostarse con nadie, o que, si lo hace, es porque realmente no quiere a esa persona. Pero se equivocan. Me he acostado con muchas tías mientras, en ese momento, solo podía pensar en Aeryn, en su cara y su sonrisa. Y no solo eso, sino que he sentido como un clavo en mi pecho esa sensación de culpabilidad, de que estaba haciendo algo malo. Y puede que, a día de hoy, aún a veces se me cruce esa bonita cara. Lo tengo claro. Ella siempre va a formar parte de eso.

En fin, a lo que vamos. Había pasado poco tiempo desde que se fue. Una noche que había salido con Henry conocí a una chica preciosa, como todas, claro. Era pelirroja y tenía la cara llena de pecas.
Como no podía ser de otra manera acabamos dándolo todo en mi apartamento. Y, como venía siendo normal, a la menda le iba la marcha. Nada más empezar sacó unas esposas del bolso y me ató con ellas a la cama. Joder, eso pone muchísimo, pensaréis, y es verdad. Pero cuando ves que la quilla saca una porra mientras pone una cara de grandísima hija de puta se te baja toda la fiesta que tienes entre las piernas. Aún así, iluso de mí, pensé que sería una porra de goma. Pero cuando me soltó la primera ostia en el muslo me di cuenta de que era una puta porra de policía con todas las letras (y las capas).
Aún así la muy perra sabía exactamente cuando tenía que hacer más o menos daño, y atado a la cama, mientras me daba de ostias, la pelirroja hizo que me volviera a empalmar.  Y luego vino la felaguay. Menuda máquina, aunque claro, el tema me cortó el rollo cuando me dio con la porra en el capullo. Que hija de puta illo. Que doló.

Pero es que la muy zorra sabía como cambiar el dolor en placer. Se quitó la faldita y se dio la vuelta dejándome ver un tanguita tan mono.... menudo culo. La parte delantera del tanga no era para menos. La Súper Nena Flor estaba dibujada con un claro mensaje en un bocadillo: "Si lees esto es que esta flor se abrirá para ti, capullo", en inglés, claro.
Pues tío, me puse otra vez como una moto al ver eso. Cojones es que las Súper Nenas eran unos de mis dibujos favoritos. Anda que no me la he cascado veces con las tres.

Aquí pasó algo que no entendí. La quilla saca el Iphone y pone una canción. El "Cara al Sol". Me cago en San Pito Pato. Lo que me faltaba por oír. Estoy tirándome a una yanqui que no tiene ni idea de español, en un apartamento de Manhattan ¡y para follar va y me pone el Cara al Sol!

- Pero tía - le digo- ¿tú sabes lo que significa esta canción?
- No- me contesta-, pero una vez estuve con un español que llevaba tatuada un águila en el pecho y me dijo que a todos los españoles les gusta follar con esta canción de fondo, y al que no es porque es gay.
- Eso no tiene nada de verdad.
- Pues a Franco le funcionó.
- ¿Franco? - Yo estaba flipando.
- Sí. El chico debía llamarse Franco porque cuando estaba a punto de correrse empezó a gritar "¡Franco, Franco!"

Quillo. Esto es muy heavy.

Así pasó la noche. En el fondo fue bestial. Además me fumé mi porrito de maría mientras Flor hacia florecer mi capullo. Aunque esta vez no quemé el pelo de la "rojipeluda" (Por cierto, el chipirón lo llevaba depilado, no vi el color de su vello púbico, pero doy fe de que las pelirrojas lo tienen pelirrojo).

Había salido ya el sol cuando abrí los ojos. La tía no estaba a mi lado. Pero enfrente de mí vi un uniforme de policía.
- Estás detenido- Va y me suelta, así, sin vaselina.
- ¿Por qué?
- Por posesión de marihuana.

Lo más cachondo del asunto es que aquel policía era la misma pelirroja que unas horas antes me había enseñado a su Súper Nena favorita.

- ¿Estás de broma?
- Lo siento, "honey"- Encima se lo estaba pasando pipa. -, ayer no estaba de servicio, pero ahora acabo de empezar el turno. No es nada personal, pero puedo dejar pasar las ilegalidades.
- ¿Y dónde cojones llevabas el uniforme?
- ¿No ves el tamaño de mi bolso? Nunca sabes si vas a pasar la noche en tu casa o no.
- Pero si anoche...
- Lo sé, cielo, fue una pasada. La tienes descomunal y follas como un puto gorila. Pero la ley es la ley. Vamos. A comisaria.

¿Dónde estaba la puta cámara oculta? Después de la noche que me dio me lleva arrestado. Me deja follao y sucio, me da una paliza con la porra y encima me lleva a la comisaria.

Pues nada, ahí que me lleva la tía, que además tiene la puta cara de decirme que nos vamos en mi coche. Era tontería intentar pirarme o echar a correr, si sabía donde vivía. Además, tampoco podrán hacer mucho por eso, pensé yo. No voy a ir a la cárcel.

Al llegar la pelirroja le dijo al policía de la recepción aquella que tienen que ya se encargaba ella de ficharme. Me llevó por un pasillo lleno de puertas que parecían ser despachos. Giramos un par de veces y bajamos unas escaleras.
Claro, yo pensé que ya bajábamos al típico sótano lleno de celdas con tíos asquerosos. Pero no. Volvimos a cruzar un pasillo. Llegamos a una puerta cerrada con llave y ahí me metió. Era un pequeño cuarto con un sillón, un escritorio y una silla giratoria.

- Ponte cómodo, "pollagrande". Esto va para largo hasta que vengan a llevarte a prisión.

Eso fue lo que me dijo con una sonrisita mientras cerraba la puerta y oía el sonido de la cerradura al cerrarse.
Realmente no sé cuanto tiempo estuve medio tumbado en el sillón y cada vez más preocupado. No tenía ni móvil ni reloj. Y lo raro es que no estaba ni esposado.

Después de un tiempo del que no fui consciente la puerta se abrió. La pelirroja entró y volvió a cerrar con llave. No dijo nada, solo se quitó el uniforme y se quedó como Dios la trajo al mundo. Me quitó a mí la ropa y me dice dándose golpecitos con la porra en la palma de su mano.

- Ponte a cuatro que vamos a ver si tienes más droga escondida.
- ¡Y una polla! Llévame a la cárcel si quieres pero por el desagüe no entra nada. ¡Ni aire!

Y de repente la tía se empieza a descojonar, se viene hacia a mí y me acaricia la cara tan tiernamente que ni mi madre en sus mejores años.

- Eres un tío increíble. Soy toda tuya. Te has ganado una noche especial en la que solo tú vas a ser el protagonista. Voy a ser tu súper nena.

Y me quedé flipando. La hijaputa me había dado un susto del copón y todo para meterme en un cuarto sin nadie alrededor para ser mi esclava sexual.
Y ver esa cara llena de pecas, con esa sonrisa angelical mientras hacia cosas tan indecentes.... ¡uf! La madre que la parió. Aunque ahora que lo pienso igual no estuvo tan mal. Porque las guarrerías que me hizo aquella noche en aquel cuarto no fueron ni medio normales. La expresión "tocar el cielo" se me quedó corta. Creo que dí la vuelta al mundo varias veces pasando por cielo e infierno. Creo que incluso Satanás llegó a sentir envidia de mí en una de mis idas.

Después de todo, la puta pelirroja era un ángel de la perfección muy cachondo.

Y hablando de ángeles. Llevo tiempo sin ver a las vecinas del sexto. Debería hacer una visita a aquel rellano un día de estos.
 
 
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